El Viaje

Primera entrada: el viaje desde Santiago de Chile.
Inicio: 20 Marzo 13.00 hrs [hora SCL]
Término 21 Marzo 19.30 hrs [hora Berlín]

La mayoría de ustedes ya vio cuando me despedí de Rancagua y cuando iba entrando a policía internacional, así es que comenzaré desde donde no me vieron, desde la puerta de embarque. Lo único que les diré es que solo me dejé llevar y seguí la luz =)

Bueno, desde ese momento en adelante todo fue fácil, solo seguir las indicaciones y hacer las 2 conexiones aéreas hasta llegar a Berlín. Gracias a la ayuda de mi hermana Isabel, quien gusta de suicidar maletas, no tuve que pagar sobre cargo, ya que pesamos una y otra vez los 2 bolsos que mi pasaje me permitía traer a estas tierras alemanas.

Recomendación para viajeros con buen apetito como yo: si tiene que elegir entre Sky y Lan, siempre prefiera Sky, he aquí el por qué: luego de embarcar, despegar y alcanzar velocidad crucero comenzó a salir un olor a comida casera DE-LI-CIOSO 😛 lo primero que se me vino a la mente fue un arroz muy bien sazonado, ni muy graneado, ni muy pegajoso, acompañando a una con carne mechada(aunque no soy fan de este tipo de carne) en su mejor punto, aunque no se si la carne mechada tendrá puntos de cocción, pero solo con el olor pude deleitarme con su sabor. Bueno, la verdad es que no me equivoqé tanto, ya que minutos después aparece una hermosa bandeja con un exquisito (consideren que voy en clase económica) pollo con salsa de champiñones acompañado de un arroz tal como me lo imaginé. Junto a esto una ensalada, a la cual no voy a dedicar halagos, pan, mantequilla, y un postre muy bueno (sigan considerando que voy viajando en clase económica). Desde ese momento, Sky volvió a confirmar que tomé una buena opción al no querer viajar con Lan. Agradezco tb a la señorita que hizo mi check in y me asignó un asiento junto a la ventana, ya que pude despedirme de nuestra nuestro campo y hermosa cordillera =)

La llegada a Sao Paulo estuvo bien, sin problemas, solo seguir las indicaciones, encontrar la puerta de embarque a la siguiente conexión, encontrar los servicios higénicos y esperar al siguiente vuelo. Ni pensar en comprar comida, pues no tenía hambre, ni reales, ni dólares, así es que solo esperé atenta al llamado para abordar el avión. Todo Ok.

Esta vez no me tocó ventana, y debo reconocer que fue una de los episodios más incómodos del viaje, ya que tenía una persona a mi izquierda y dos a mi derecha, nada agradable, menos cuando el personaje de la izquierda descaradamente ignoró los límites entre su asiento y el mío. Lo gracioso de este viaje es que una vez alcanzada la velocidad crucero, las aeromozas nos reparten un ultra mini snack y yo quedo espantada: ¡¿acaso esto sería todo lo que comería en el viaje?! – no podía creerlo 😦 hasta que nuevamente sentí ese olor – ¡Habría pollito con arroz! ¡Qué felicidad! – así es que permanecí en calma y espere hasta que aquella hermosa bandeja llegara a mi asiento, sólo que para variar el menú decidí comer pasta vegetariana, estuvo bien, pero no fue lo mismo que aquél pollo con arroz. Luego, en la mañana, el desayuno: un hermoso Omelette y otras cosas más que en realidad no era necesario comer. Todo OK.

La llegada a Frankfurt fue lo mismo, solo seguir indicaciones, encontrar la puerta de embarque a la siguiente conexión y luego salir a recorrer y sacar fotos de Pretzels que lamentablemente no compré ya que comprenderán que hambre no tenía.

Este aeropuerto es grande, hay muchos pasillos y muchas tiendas, pero lo bueno es que todo está muy bien señalizado, así que no hay problema en encontrar los servicios y puertas de embarque. El único percance que puedo declarar es haberme dormido y no escuchar que mi puerta de embarque era distinta a la que indicaba mi boleto, lo bueno es que alcancé a escuchar la última llamada y caminé velozmente (no era necesario correr) y avergonzada subí junto a otros pocos pasajeros que tampoco supieron del cambio.

Berlín, un aeropuerto que se veía más pequeño, pero igualmente amable. En informaciones me explicaron sin problemas como tomar el bus para llegar a la estación central de trenes Berlín Hauptbanhof y sin problemas llegué a ella. Busqué internet en Starbucks, pero no encontré, así es que tuve que comprar un muffin de doble chocolate, comprar mi pasaje para Dessau y tratar de contactar a la persona que me esperaría en la estación para llevarme hasta el lugar en donde dormiría. Esto último fue lo que más me costó, pero me hizo muy feliz poder realizar esa llamada, avisar mi hora de llegada a Dessau y saber que estarían esperando por mi =)

El tren pasó a la hora, tal como mi hermana Isabel me repitió cien mil veces, así es que estuve muy atenta y no lo perdí, solo llegó 5 min más tarde de lo previsto. Ya estaba oscuro cuando llegué, así es que poco pude ver. Me hicieron un breve recorrido por el centro de la ciudad, pasamos frente a la Bauhaus y me mostraron el camino que debía hacer para llegar a casa. Llegamos a casa (luego les cuento de ella), la recorrí, y dormí hasta hoy =)

Un buen viaje, una buena llegada, todo OK.