Berlín, primer recorrido

El pasado Sábado 4 de Abril hice mi primer recorrido en Berlín. Todo sucedió debido a mi previo resfrío, ya que había estado muchos días (tal vez 3) sin poder salir de la casa, por lo que me comencé a inquietar y no tenía intenciones de caminar en círculos dentro de mi pieza como una loca cualquiera. También el día invitaba a salir del encierro, había sol y el viento frío ya no te golpeaba congelando todo tu ser. Estaba decidido, saldría de mi pieza, saldría de la casa, tomaría el tren y caminaría por Berlín.

La noche del 3 de Abril, mi querida Agnes estaba más entusiasmada que yo con la idea de este paseo, ya que leyó sobre distintas actividades que se realizarían en esa ciudad vinculadas a Semana Santa, así es que tomé su entusiasmo, me armé de coraje y reafirmé mi decisión de realizar el paseo. Tenía dos opciones: ir por el día o pasar la noche y volver el Domingo de Pascua. Escribí a un amigo chileno para saber si me podía recibir, pero él ya tenía planes para ese día, así es que la opción 2 quedó descartada pues no estaba en mi presupuesto pagar un lugar para dormir así es que me quedé con la opción nº 1.

La misma mañana del 4 comencé a planear qué hacer cuando llegara a Berlín buscando datos en otros blogs y foros de viaje. Habían muchas cosas por ver y hacer. Comencé ubicando los lugares recomendados en google maps para seleccionar aquellos que estuvieran cerca y con los que podría construir un recorrido sin necesidad de recurrir al transporte público, ya que por ser un plan repentino no estaba dentro del presupuesto del mes. Realmente habían muchos lugares por visitar, y por 5 minutos pensé que sería mejor posponer el viaje para cuando tuviera más tiempo y dinero, idea que rondó en mi cabeza hasta que me informaron que hay un grupo de Facebook en donde quienes van a viajar anuncian el día y hora de su viaje públicamente y así otros se pueden unir y entre grupos de hasta de 5 personas poder comprar un ticket rebajado. Me uní al grupo y la primera publicación que vi, fue la de mi vecino de habitación, quien tenía aun cupos disponibles y que tomaría el próximo tren a Berlín. No podía ser más cómodo para mi que viajar con alguien conocido, así es que sin pensarlo mucho golpeé su puerta, le pedí un cupo, me puse zapatos, apagué a macsito y salimos en dirección a la estación.

Lo bueno de estos pasajes rebajados es que realmente uno ahorra dinero. Un ticket para el tren a Berlín desde Dessau cuesta al rededor de los 25€ solo de ida, así es que inicialmente yo habría gastado 50€ solo en ir y volver. Este ticket rebajado (hay distintos tipos de tikets rebajados) vale 29€ le permite a un grupo de hasta 5 personas ir y volver a Berlín dentro del mismo día, de lunes a viernes desde las 9:00 h hasta las 3:00 h del día siguiente y los fines de semana y festivos a partir de las 0:00 h. Que mejor para mi humilde bolsillo! En la estación de Trenes de Dessau, nos encontramos con la tercera integrante del grupo, una niña de Servia (igual que mi vecino de habitación) que sabía hablar español. Entre los tres compartimos el ticket, así es que en vez de gastar 50€ en ir y volver a Berlín, solo gasté 10€. Buen comienzo de día =)

El Ticket es uno solo, y creo que también sirve para los buses o el metro dentro de Berlín, eso no me quedó muy claro, pero como yo ta tenía planeado un recorrido solo para caminar, no necesité del ticket y decidimos que lo tendría quien se bajara en la estación más lejana. Yo me bajé de las segundas en Alexanderplatz, ya que cerca de esta estación se encontraba la isla de los museos, la puerta de Brandenburgo, una seria de iglesias y un calle con comercio en donde podría vitrinear. Llegué a Alexanderplatz a eso de las 13.00, así es que como se imaginarán, lo primero que hice fue comprar algo para comer: Una hamburguesa de pescado apanado, buena, fría, suficiente para comenzar el recorrido. Salí de la estación y solo caminé, lento, reconociendo el lugar en donde me encontraba. En esos momentos se veía bastante gente y bastante movimiento, pero nunca tanto como en estación central (stgo), seguí a las personas que que parecían turistas y llegué a la catedral de Berlín, primer ítem a visitar en mi lista. Frente a la fachada de este edificio me encontré con una fila (que al parecer no estaba avanzando) para poder entrar. No estaba con ánimos de hacer filas así es que me senté y decidí contemplarla desde el Lustgarten. Así seguí con mi recorrido mirando museos, entrando y saliendo prontamente de ellos (porque no tenía considerado pagar entradas), deteniéndome en uno que otro detalle, fotografiando cual turista aquello que más llamaba mi atención hasta llegar a la puerta de Brandenburgo.

Una de las cosas que me llamó más la atención, fue el clima. Si uno miraba hacia el cielo, podía distinguir claramente cuales nubes tenían lluvia, y cuales no, y me pareció «novedoso» poder diseñar una ruta de recorrido tratando de evadir las nubes frías e ir en busca de los lugares más cálidos y asoleados. Lamentablemente (aunque no tanto en realidad) mi velocidad de desplazamiento es muy inferior a la de las nubes (creo que no soy suficientemente liviana como para dejarme llevar por el viento, ni tan rápida y/o fuerte como para ir en su contra) y no pude evadirlas al 100%, así es que en algunos momentos me daba calor y caminaba en búsqueda de algún bebestible frío hasta que comenzaba a caer un poco de nieve y redirigí mi búsqueda hacia un local con bebidas calientes. Terminé en Starbucks, compré un frapucchino, retomé mi caminata, comenzó a caer nieve y no sabía en donde dejar el vaso con café, leche y hielo que congelaba mis manos, así es que decidí hacerme la valiente, no desperdiciar mis 3,75€ y beber el café, la leche y el hielo ya que por lo menos el frío dentro de mi organismo podría durar menos que en mis manos sin guantes (al salir tan veloz de casa olvidé mis guantes). El nuevo destino sería caminar hacia el sur por Friedrichstrasse y alrededores, para encontrarme con mi amigo Chileno en Gendarmentmarkt a eso de las 17.00 hrs. Claramente en ese transcurso me volvió a dar hambre, pero en este tramo del recorrido no habían vendedores de salchichas ambulantes 😦 Voy a confesar que pensé que Mc Donalds sería mi salvación, pero me dije a mi misma: «misma: no puedes ir a Starbucks y luego a Mc Donalds, estás en Berlín, Alemania! busca una salchicha!» Así es que decidí esperar a encontrarme con mi amigo para que me dijera donde podría encontrar algo para comer más o menos decente y mas o menos (más más que menos) barato, ya que el sector en donde estaba caminando era muy turístico y todo tenía precio de turista, que no es tan tan alto, pero si ustedes me conocen, sabrán que soy mezquina y que prefiero esperar hasta encontrar una opción más amigable para mi bolsillo.

Lluegué a Gendarmentmarkt a eso de las 16.00 hrs, por el nombre del lugar «Gendarmentmarkt» esperaba encontrarme con algún tipo de mercado, pero no estaba ni cerca de encontrar uno por ahí, así es que comencé a caminar más lento y a darme vueltas por los edificios y calles cercanas. Entre a uno y pude ver en su interior una escalera de caracol que llevaba a hacia la torre más alta del edificio, pregunté si es que se podía subir, me dijeron que no, que la torre del edificio que estaba frente a este sí estaba abierta al publico, di las gracias, me di media vuelta, crucé la plaza y entré a la torre del frente. Luego supe que ambos edificios eran iglesias con sus respectivas torres hacia el campanario y todo tuvo mucho más sentido para mi. La entrada a la torre costaba 3€ tal vez había descuento para estudiantes, pero hasta el momento no había pagado por nada más que comida, así es que ni siquiera calculé cuanto significaba para el total de mi presupuesto esta entrada, la pagué y subí. Extrañaba subir escaleras =) pero de todas formas me cansé al bajar. Desde arriba podía ver a travez de las ventanas del campanario gran parte de la ciudad, como cuando uno sube al Cerro Santa Lucía. Luego me di cuenta que había una puerta para salir a una especie de mirador, fue mejor aun, ya que en vez del marco de la ventana era yo quien decidía que vista enmarcar. Junto con eso, nuevamente nieve, pero más agua-nieve que nieve y viento moderado, creo que pagar 3€ por subir fue una buena inversión =)

A eso de las 16.30 hrs, mi estómago estaba algo inquieto, así es que bajé de la torre y recorrí un par de calles en busca de salchichas, pero nada. Me resigné y me senté en una escalera a esperar a mi amigo. Llegó, nos saludamos, se fumó un cigarro y fuimos en busca de comida. Él tenía clases de yoga en 30 min más, así es que solo buscamos comida para mi. Un supermercado escondido dentro de un centro comercial fue la mejor opción, allí compré dos panes gratinados con queso y rellenos de espinaca a 0,99€ cada uno (debí sacarles una foto) + una limonada bio por casi 2€ ambas cosas muy buenas. Comí, caminamos un poco y nos despedimos. Fue bueno verlo y saber que puedo ir a molestarlo cuando tenga más tiempo disponible. Comencé mi camino de regreso a la estación. Había sido un buen día, un buen recorrido, una buena comida y compañía. La verdad es que desde el punto de vista que este recorrido me pudo ofrecer, me pareció que Berlín es una ciudad amable, a diferencia de la primera vez que tuve que recorrer sola las calles del plan de Valparaíso, los espacios son amplios, no vi edificios desorbitadamente altos, todo está a la vista y por lo mismo no me sentí perdida. La escala de la ciudad, o por lo menos del pequeño recorrido que en ella pude realizar, me preció que es una escala amable para quien la quiera recorrer o habitar.

18.20 hrs y yo ya estaba en Alexanderplatz, aproveché de pasar a los servicios higiénicos y puntualmente a eso de las 18.30 me reuní con mis compañeros de viaje para volver a Dessau. Llegamos a las 20.50, ya no había tranvía (por lo menos para mi compañero de casa y yo) solo un bus nocturno, y el próximo saldría a las 21.20, así es que decidimos evadir el fío de la estación y caminar a casa. A paso rápido no sentimos frío y logramos llegar antes que el bus, así es que el día también tuvo termino de buena manera para mí.

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